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Pablo Hermoso de Mendoza, en la vuelta de los toros tras cinco años de ausencia a Bogotá (Colombia)

El rejoneador estellés Pablo Hermoso de Mendoza toreó el viernes en Medellín (Colombia), con casi lleno, aunque sin suerte el tercio final, por lo que el saldo fue de silencio y silencio tras aviso. Iván Fandiño, ovación y silencio y Luis Miguel Castrillón, silencio tras dos avisos y silencio. El pasado domingo, en Bogotá, palmas y oreja, con tres cuartos de entarda. Manuel Libardo (silencio y silencio tras aviso) y Miguel Ángel Perera (ovación y palmas).
Hacía una semana que volvían los toros a la Santamaría bogotana después de la clausura política que había pesado sobre ella los últimos cinco años. “Volvieron y con polémica y sobre todo con violencia por parte de varios mercenarios disfrazados de animalistas que agredieron, golpearon, insultaron, orinaron y lanzaron huevos a los aficionados que religiosamente se acercaban a la plaza”, relata en su crónica Juan Andrés Hermoso de Mendoza.
Para esta segunda corrida, se formó un dispositivo policial que por momentos hacía ver a la capital colombiana como una ciudad en guerra. En las proximidades de la plaza más de tres mil policías se desplegaban en cinco anillos de seguridad, que sólo se atravesaban con la entrada en la mano. Mucha tensión en las horas anteriores porque no se sabía la reacción que los violentos iban a tener en esta ocasión. Lo que si consiguieron es que muchos de los aficionados se quedaran en sus casas después de sufrir lo que les tocó hace siete días. No obstante en la plaza hubo más de siete mil héroes que disfrutaron con lo que les gusta y sobre todo que disfrutaron de un espectáculo cien por cien legal. fortunadamente en el coso se vivió una auténtica fiesta con la labor de los toreros y con la primera actuación de su ídolo, Hermoso de Mendoza que volvió a cuajar una sobresaliente faena ante un buen toro de César Rincón al que solo le faltó acertar a matar bien.

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