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Consejos de Salud Pública ante el incremento de las temperaturas

(Miércoles, 11 de agosto de 2021). El Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN/NOPLOI) indica que las previsiones no superan los umbrales establecidos para activar una alerta (en este caso, máximas por encima de los 36ºC y, a la vez, mínimas de más de 18ºC), pero sí se esperan temperaturas muy elevadas. En función de cómo evolucionen las previsiones, esta situación de alerta puede repetirse al final de la semana.
El calor excesivo puede alterar las funciones vitales del cuerpo humano y que este no sea capaz de compensar las variaciones de temperatura. Esta situación provoca una pérdida de agua y electrolitos y, de esta forma, la persona afectada puede sufrir calambres, deshidratación, insolación o un golpe de calor, que puede suponer un problema de salud grave o, incluso, causar la muerte.
Prevención en las horas de más calor y en el trabajo. Por ello, el ISPLN recuerda la importancia de protegerse del sol, hidratarse incluso sin tener sed y evitar hacer esfuerzos físicos de forma excesiva durante las horas de más calor (entre las 12:00 y las 17:00 horas), y la conveniencia de salir a la calle solo cuando sea necesario. Estas recomendaciones se dirigen especialmente a personas mayores de 65 años, menores de 4 años, mujeres embarazadas o en situación de lactancia natural, población trabajadora en empleos con una exposición excesiva al calor y personas con enfermedades crónicas.
Salud Pública aconseja, asimismo, evitar el consumo de bebidas con alcohol, cafeína o azucaradas. También recomienda estar en espacios frescos o ducharse con agua templada o fría; emplear visera y ropa holgada que cubra la mayor parte del cuerpo, de tejidos ligeros y traspirables como algodón o lino; y prestar atención al tiempo que se pasa en el interior de vehículos estacionados, aunque estén con las ventanillas abiertas, sobre todo cuando se trata de menores, personas mayores o animales.
En los lugares de trabajo, es clave extremar las medidas preventivas para reducir el riesgo de estrés térmico por calor. La posibilidad de sufrir síncopes, edemas, calambres u agotamiento por calor y/o un golpe de calor es mayor con condiciones de temperatura y humedad relativa elevadas, cuando se trata de puestos que exigen un esfuerzo físico mayor o bien el empleo de ropa y equipos (buzos de protección química y determinados EPI respiratorios) que impiden disipar el calor.
Una recomendación básica es adaptar los horarios a las condiciones climatológicas; tratar de reducir los tiempos de exposición para minimizar el nivel de riesgo; organizar las tareas para realizar las de mayor carga física en las horas más frescas; alternar tareas pesadas con tareas ligeras; permitir al trabajador o trabajadora adaptar el ritmo de trabajo en función de su tolerancia al calor; y aumentar los periodos de descanso especialmente en número. En estos casos, es preferible realizar descansos cortos y frecuentes que un descanso largo.
También se aconseja acudir a los servicios sanitarios en el caso de que aparezca fiebre alta, se sufra una alteración de la consciencia, mareo o un cambio en el comportamiento.

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