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12 minutos de fuegos artificiales

El año pasado la única colección de fuegos artificiales provocó críticas desfavorables entre los aficionados a ese tipo de festejos. Los cohetes alcanzaron poca altura. Una circunstancia, no obstante, que fue favorable, para captar insólitas fotografías, como la de Sergio Casi que ilustra la portada del programa de fiestas de Imprenta Jordana, Cope y Cadena 100.
Este año la Pirotecnia Tomás no ha dejado indiferente a nadie, para bien. Duraron 12 minutos. Un tiempo bien empleado : con altura, con ritmo, con todos los ingredientes para que arrancaran los aplausos de las personas que se apostaron en los lugares estratégicos de la ciudad. Un hecho que, a veces choca, ya que difícilmente los organizadores ni los pirotécnicos logran escuchar esa ovación. Merecida.
Como anécdota, antes del inicio de la quema desde el remozado patio interior del antiguo convento de San Benito, hoy centro cultural Los Llanos, se podían ver dos potentes focos en lo alto de las rocas del Agua Salada. Había allí personas que se colocaron con esas luces para captar seguramente instantáneas de las que pasadas las fiestas disfrutaremos por su singularidad y originalidad.

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