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UGT aplaude que las clases no se inicien hasta septiembre por criterios sanitarios

 

(Miércoles, 29 de abril de 2020)La UGT valora positivamente que se retrase el inicio de las clases hasta el mes de septiembre y exige al Departamento de Educación que se antepongan los criterios sanitarios a cualquier otra consideración a la hora de reanudar las actividades en los centros educativos.

El sindicato señala que ahora es necesario conocer en detalle las propuestas del proceso de desescalada en el ámbito educativo anunciadas por el Gobierno y plantea, como cuestiones previas a la apertura de los centros y negociadas con las organizaciones sindicales, las siguientes medidas:

  • - Realización de pruebas diagnósticas de PCR a los trabajadores y trabajadoras que, en su caso, desempeñen actividades en los centros.

  • - Tratamiento individualizado de cara a la actividad presencial, de las personas especialmente sensibles: diabéticos, con enfermedades cardiovasculares, hepáticas, renales o pulmonares crónicas, hipertensión, inmunodeficiencia, cáncer en fase de tratamiento activo, embarazo o personas mayores de 60 años

- Desinfección previa y medidas periódicas de limpieza general del centro: aulas y el resto de instalaciones y disponibilidad de jabones desinfectantes de uso rápido en todas ellas

- Proporcionar a los trabajadores, antes del inicio de la actividad, equipos de protección individual.

- Limitar a las estrictamente imprescindibles las horas presenciales en los centros y disminuir la ratio del alumnado

- Establecer protocolos de actuación con medidas concretas sobre distanciamiento, eliminación de residuos, qué hacer en caso de alumnado o personas trabajadoras con síntomas…

La UGT considera razonable que la actividad lectiva presencial no se reanude hasta el mes de septiembre, por lo que entiende que el profesorado debe seguir trabajando como hasta ahora.

En este sentido, recuerda que el sindicato ya manifestó en su día que las actividades que se diseñaran para el mes de julio, en caso de haberlas, deberían ser realizadas por personal ajeno a los centros educativos.

También se refiere a la situación de los trabajadores y trabajadoras de las Escuelas Infantiles, ya que muchos de ellos están acogidos a ERTEs, cuando no, directamente despedidos y solicita una propuesta concreta para todos ellos.

Finalmente, considera que el fin de los centros educativos no es facilitar la conciliación de la vida laboral, familiar y personal, aunque sean un importante elemento conciliador, por lo que tener en cuenta solamente este enfoque es erróneo e injusto para los trabajadores y trabajadoras de la Enseñanza, ya que deben ser las Administraciones Públicas quienes garanticen al conjunto de las personas trabajadoras las medidas de conciliación.

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