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La Residencia San Jerónimo de Estella pone en marcha un novedoso proyecto que mejora la alimentación en personas con disfagia, frecuente en ancianos

La Residencia San Jerónimo de Estella, una fundación sin ánimo de lucro, que lleva más de 100 años de funcionamiento, presenta el próximo martes, día 10, a las 11.30 de la mañana, un novedoso programa que lleva a cabo, Aliment-Arte, mejora en la alimentación de personas con disfagia, que ha sido subvencionado por la Fundación Caja Navarra. Busca mejorar la calidad de vida de las personas que padecen esa alteración de los mecanismos de la deglución de alimentos y bebidas, y que tiene una gran incidencia en la población anciana. Un trastorno poco conocido que está presente en muchas patologías como Parkinson, Alzheimer, ACV…
La detección precoz de una alteración en la alimentación puede mejorar la deglución mediante la modificación de texturas y así prevenir posibles complicaciones (como aspiraciones que pueden degenerar en neumonías).
El objetivo global es mantener una alimentación eficaz y segura. Este problema indica la existencia de una alteración orgánica o funcional en el trayecto que sigue el bolo alimenticio desde la boca al estómago. Registra las alteraciones y problemas específicos de cada persona para poder valorarlos y tratarlos de modo más individualizado.
El atragantamiento es la obstrucción total o parcial de las vías respiratorias que suele producirse por esa problemática. En San Jerónimo se han corregido errores en la postura de las personas durante el proceso de la alimentación. Hay personas que no son capaces de comer ciertos alimento, por lo que se adapta el volumen y consistencia y se trabaja en la presentación.
Los aspectos innovadores de este proyecto consisten en el empleo de un texturizador que permite adaptar los triturados, batido, líquido y semi-líquido, a las necesidades de cada persona y a la dieta basal. Consigue que los platos sean más atractivos a la vista y al paladar, al tiempo que se mantienen todas sus propiedades nutritivas en un volumen menor y las personas mantienen su gusto por comer. Realiza una adaptación de la textura del alimento para que todas las personas independientemente de su patología pueda comer ese plato. Para realizar los platos texturizados utiliza aglutinantes naturales como la gelatina natural neutra, caldos de la propia cocción, patatas, huevo…
Supone una modernización de los servicios de restauración del centro residencial ya que se sustituyen los antiguos túrmix (puré de verduras o legumbres + carne o pescado triturado), por volver a comer el mismo menú de base pero con distintas texturas, manteniendo los sabores originales. Para ello se ha llevado a cabo, de una parte, la rehabilitación de la zona afectada por un profesional especializado como es la logopeda (actualmente en geriatría es un puesto novedoso y amplia su ámbito de actuación) y por otro lado la texturización de los alimentos. Todas las personas independientemente de la problemática que tengan para no realizar correctamente la deglución, pueden comer lo mismo adaptando su textura y manteniendo el sabor original.
El martes, día 10, a las 11:30, se presentará el proyecto, así como los resultados. Habrá una degustación para los periodistas de los platos texturizados y comprobar su aplicación en el comedor de la residencia.

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