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La falta de lluvia afecta de manera grave al caudal del río Ega

Los ríos padecen ya escasez de caudal, por la falta de lluvias. Así se constata ya en el río Ega. Si bien a su paso por Estella, una familia de agricultores de Valdelobos señaló ayer a COPE que aún no hay problemas para el riego, en la ribera se aprecian ya las primeras señales de alarma. Ayer se registsraban los niveles mínimos de 0,35 metros cúbicos por segundo, diez veces menos de lo habitual en verano, según la Confederación Hidrográfica del Ebro.

Los agricultores de Andosilla de la comunidad de regantes de Abajo, denuncian que durante el fin de semana no han tenido agua para las 250 hectáreas de regadío tradicional. Pedro Resano, presidente, explica lo que ha pasado.“Desde el viernes a última hora hasta la noche del lunes no hemos tenido a penas agua para regar, prácticamente nada. Los fines de semana baja mucho el caudal, pero esta vez ha sido preocupante y todavía estamos a mitad de verano. Los próximos veinte días serán los más críticos, sin lluvia y con calor”, explica.

Ese colectivo aglutina a 420 labradores. El río Ega depende del cielo y de las aguas subterráneas, ya que, además, no tiene una regulación, como sucede con el Arga, desde el pantano de Alloz. Preocupa en el campo el futuro de los frutales y hortalizas. Para la primavera de 2018, está previsto que sean realidad la llegada de agua del Canal de Navarra desde Itoiz, lo que aliviará la situación, según indica Manuel Terés, alcalde de Andosilla.

Desde la Ribera del Ega se advierte de que la situación puede ser crítica en breve, salvo que se registren precipitaciones. Además el río no tiene el llamado caudal ecológico, con cinco veces más del que presenta ahora en Andosilla, en donde tiene tan sólo medio metro de profundidad.

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