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La consejera destaca el abordaje de la crisis desde Atención Primaria

La Comunidad Foral está haciendo frente a la epidemia a través un sistema sanitario único e integral, en constantes adaptaciones basado en la evolución de la epidemia y de las necesidades. Al igual que en el resto de ámbitos, las y los profesionales de los centros hospitalarios se han reorganizado para ofrecer la atención más adecuada a los pacientes con COVID-19.

La consejera Santos Induráin ha puesto en valor “la importancia estratégica de la Atención Primaria en el abordaje de esta crisis sanitaria en tanto en cuanto ha servido para detectar y atender a muchas personas que, por su carácter leve, no han llegado al entorno hospitalario reservado para los casos más graves. Resulta casi increíble que los hospitales hayan vivido y protagonizado una transformación tan importante en cuestión de días, de horas casi. Se trataba de prepararse primero, y de asumir luego, el enorme reto de la llegada de una cantidad importante de pacientes de COVID-19 que requerían de unos circuitos, tratamiento y atenciones distintas a las de momentos ordinarios”.

Las medidas de adaptación a las necesidades asistenciales han tenido como fruto, en primer lugar, un refuerzo en el trabajo en equipo entre profesionales de medicina, enfermería y técnicos de cuidados auxiliares de enfermería (TCAE). Asimismo, han provocado la colaboración entre facultativos de diferentes especialidades, que ha cristalizado en la conformación de equipos multidisciplinares para atender a los pacientes hospitalizados por infección por coronavirus.

Así, en el Complejo Hospitalario de Navarra la atención médica a estos pacientes se produce por equipos de en torno a cuatro facultativos, de los cuales dos han de pertenecer a las especialidades de Medicina Interna, Neumología o Geriatría, mientras que el resto son de otras especialidades, pero asignados en exclusiva a los equipos de COVID-19. A cada equipo se le asigna una parte de una unidad de hospitalización, y trabaja de manera autónoma en ese espacio, si bien se procura la necesaria coordinación entre los diferentes grupos, con una misma sistemática de trabajo, una atención protocolizada y centralizando las labores administrativas necesarias.

Para esta coordinación se realizan sesiones diarias, a las que asisten los equipos por representación de alguno de sus miembros, con el fin de reducir el riesgo de contagios entre los grupos. De forma coordinada se deciden los criterios para elaborar protocolos para tratamientos, para dar las altas, o para fijar otros detalles relacionados con la atención médica.

Se ha realizado además un importante trabajo en la estimación de los recursos necesarios para estos pacientes, para prever con antelación la necesidad de camas. Se ha procurado asimismo evitar que se solapen circuitos de pacientes COVID-19 con el resto de los enfermos. Así, se coordina la realización de pruebas diagnósticas, como las analíticas o las pruebas radiológicas, que son realizadas mediante un aparato de tórax portátil que se desplaza por las diferentes unidades con pacientes con coronavirus. Además, si un paciente tiene alguna otra patología previa que requiera una especial atención, se procura ingresarlo en alguna de las unidades en las que hay enfermería con experiencia en los cuidados de esa patología o algún especialista en esa clase de enfermedades.

Coordinación de equipos en las unidades de hospitalización

Análogo espíritu de coordinación se ha aplicado al trabajo que implica a profesionales de diferentes estamentos dentro de cada unidad de hospitalización. Los modos de trabajo que se aplican en las plantas con pacientes con infección por coronavirus buscan una mayor coordinación de los equipos asistenciales, así como minimizar la posibilidad de contagios, evitando para ello los accesos innecesarios a las habitaciones y potenciando las medidas preventivas entre los profesionales.

Con ese fin, se ha reforzado el trabajo en equipo de médicos, enfermeras y técnicos en cuidados auxiliares de enfermería (TCAE), que realizan de forma coordinada la valoración, tratamiento y planificación de cuidados. Los equipos se distribuyen el espacio físico de cada unidad, asignando un cuadrante a cada equipo, con el fin de que los desplazamientos de los profesionales se reduzcan a lo imprescindible. Se ha creado también en las unidades de hospitalización la figura de la enfermera de campo, que se encarga de asistir a los diferentes equipos, una vez que estos, con la correspondiente vestimenta de protección, se encuentran ya trabajando en su zona asignada. Así, las labores de distribución de comidas, aseo de los pacientes, toma de constantes y administración de medicación se realizan por un equipo formado por enfermeras y TCAE, que es asistido desde el exterior de las habitaciones por la mencionada enfermera de campo. A este equipo se añade el personal médico en el momento de la valoración clínica, tratamiento e información.

La enfermería de hospitalización se encarga también de apoyar e informar a los acompañantes de los pacientes. En el caso de los pacientes en situación más grave, se permite a los acompañantes (uno por paciente y, a ser posible, siempre el mismo) que pasen el mayor tiempo posible con el enfermo, mientras que, si su situación es estable, las visitas se limitan a una hora. En este último caso, hay un equipo de enfermeras que se encarga de avisar telefónicamente a los acompañantes, con el fin de que los horarios de visita sean escalonados. Asimismo, las enfermeras se encargan de entregar a los acompañantes los equipos de protección individual que deben utilizar mientras estén con los pacientes, así como de instruirles en su uso. Asimismo, también les explican las diferentes medidas de prevención que deben realizar durante el tiempo de las visitas y las que deben adoptar cuando regresen a sus domicilios para minimizar el riesgo de contagio a sus convivientes.

Las unidades de hospitalización especialmente habilitadas para pacientes con COVID-19 son las plantas de la 2ª a la 6ª General y la 3ª Maternal del antiguo Hospital Virgen del Camino, todo el pabellón E, la 2ª y 4ª del pabellón H, así como la planta baja del Centro de Consultas Externas de Príncipe de Viana, que se usa como zona de tránsito previa al traslado a una unidad de ingreso.

Los y las profesionales que forman parte de los equipos de estas unidades entregan además a los pacientes ingresados las cartas de apoyo que la ciudadanía les envía a través de la dirección de correo electrónico animocovidnavarra@gmail.com. Desde estas unidades han agradecido mucho el envío que se realiza tanto de modo anónimo como por parte de las familias de quienes permanecen ingresados de estas cartas de acompañamiento, dibujos etc. y animan a la ciudadanía a que sigan escribiendo, “tanto los pacientes como los y las profesionales lo agradecemos mucho. Es una experiencia motivadora”, han indicado. 

Nuevo nombramiento

Finalmente, cabe destacar que se ha procedido a nombrar a la Directora Asistencial del Complejo Hospitalario de Navarra, María Zandio, como responsable adjunta al coordinador ejecutivo del plan de contingencia que agrupa los hospitales públicos y privados de Navarra en relación con el COVID-19, Alfredo Martínez.

Este nombramiento se produce con objeto de reforzar las funciones de la coordinación ejecutiva de la red sanitaria integrada de Navarra.

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