Autorizadas las visitas a residencias y viviendas supervisadas y tuteladas
(Martes, 26 de mayo de 2020)En la fase II de la desescalada los departamentos de Salud y Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, teniendo en cuenta el criterio técnico del Instituto de Salud Pública y Laboral (ISPLN-NOPLOI), han acordado un procedimiento para realizar visitas a personas con discapacidad que residan en viviendas supervisadas, tuteladas y centros residenciales, a partir de este lunes.
Se podrán realizar siempre y cuando no existan casos confirmados de COVID-19 o residentes en periodo de cuarentena por haber tenido contacto estrecho con alguna persona con síntomas o diagnosticada de esta enfermedad y se utilizará un sistema de cita previa.
En el caso de las visitas a residencias de personas mayores, se seguirán permitiendo en supuestos excepcionales, tales como el final de vida, el alivio de descompensación neurocognitiva del residente o en aquellas situaciones de grave deterioro de la situación psicoafectiva de la persona, a criterio del personal técnico de la residencia.
También, sin que se permita la entrada, se podrá plantear que las familias acudan al entorno residencial con la finalidad de permitir el contacto visual y verbal con los y las residentes. En este caso, será de obligado cumplimiento el respeto de las normativas de movilidad y distanciamiento físico, tanto con el personal y los y las residentes como con el resto de familiares. Para ello, las residencias establecerán un sistema de cita previa que evite las aglomeraciones.
Dependiendo de cómo evolucione la situación epidemiológica de aquí a la próxima semana, a partir del 1 de junio, se estudiará la posibilidad de permitir las visitas en centros de personas mayores, cumpliendo los requisitos que se valoren idóneos para minimizar el riesgo de contagio y preservar la seguridad de residentes, familias y personas cuidadoras.
Todas las visitas se podrán realizar siguiendo el procedimiento acordado y con los equipos de protección adecuados al nivel de riesgo, tanto por parte de familiares como de residentes.
Centros de discapacidad: se mantienen vías de comunicación alternativas y medidas higiénicas y distanciamiento
El protocolo de las visitas establece diversas medidas de prevención, tanto durante como después de la misma, como desinfección de manos y toma de temperatura, uso obligatorio de mascarilla quirúrgica tanto por parte del visitante como por parte del residente, así como la distancia de seguridad de dos metros, evitando el contacto físico.
Entre otras recomendaciones, se pide que la persona venga directamente desde su casa por entender que si lo hace desde otros lugares más concurridos el riesgo de contagio es mayor.
Así mismo, se establecerá un sistema de registro de visitas y se habilitarán espacios específicos para las visitas con circuitos de entrada y salida claramente señalizados.
En aquellos casos en los que se considere posible mantener las medidas de prevención, se permitirá que las familias realicen la visita en espacios externos al centro (paseos con los residentes), respetando una distancia máxima de 1 km, así como la duración determinada.
Los centros adaptarán los horarios para facilitar el mayor número de visitas teniendo en consideración que, aplicando los mismos criterios que para otras actividades, no estarán supeditadas a unas franjas horarias. La duración de las mismas oscilará entre 30 minutos y una hora, dependiendo del número de residentes y de la capacidad organizativa del centro y se autorizará a una sola persona por encuentro.
Tanto el inicio de las visitas a residentes en centros de personas con discapacidad, a partir de hoy, como de personas mayores, próximamente, debe ser complementario de las otras vías de comunicación utilizadas durante el confinamiento, (llamadas, videollamadas, cartas, entre otras), para mantener el contacto familiar y también compensar las restricciones que en este momento son necesarias.
Por otra parte, estar en contacto con los y las residentes implica un mayor riesgo de contagio por lo que es imprescindible ser estrictos en el cumplimiento de las medidas higiénicas y establecer un plan de contingencia ante la posibilidad de que se produzca un brote. Este plan, con el que ya cuentan los centros, incluirá la disponibilidad de una unidad específica de aislamiento, dimensionada de acuerdo al número de plazas y las características de los espacios físicos.