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Centro comercial a cielo abierto

Columna publicada hoy, en Diario de Navarra, en su edición para Tierra Estella.
BUCLE ESTRELLA
Centro comercial a cielo abierto
Alberto Araiz Vidaurre
Director de Cope Tierra Estella.
Estella-Lizarra contiene un centro comercial a cielo abierto. Le viene de antiguo. No entraré a analizar la larga y rica historia de la ciudad como mercado, para lo que hay voces más autorizadas. El concepto, en sí mismo, invita a reflexionar sobre este sector económico que, a día de hoy, después de la pérdida de músculo en el tejido industrial, se ha mantenido, a trancas y barrancas, como una de las actividades más importantes por empleo y volumen de negocio.
Considero interesante establecer una comparativa, dado el paralelismo evidente que hay, con las grande superficies comerciales, cuyas denominaciones todos conocemos. La principal diferencia, por obvia, radica en que las calles del casco histórico, no se pueden cubrir ni climatizar, por lo que padecen los rigores propios de las diferentes estaciones. Dispone de una rica y variada galería comercial, cuyos empresarios se agrupan en su mayoría bajo el paraguas de la Asociación de Comerciantes, Hostelería y Servicios. Por iniciativa de este colectivo, en su día se encargó a un equipo de expertos en la materia un diagnóstico y un plan de dinamización del sector. Digamos que constituye el documento de referencia, la guía que debe orientar el quehacer en la materia. Detecta, claro, también lagunas en la oferta.
Los diferentes alcaldes que ha tenido la ciudad han conocido ese estudio. Alguno hasta lo catalogó como la Biblia del comercio. La Asociación de Comerciantes se encarga de activar campañas conjuntas, para lograr que la ciudad sea un referente comercial para los estelleses y merindanos. Del escaparate para adentro, la labor corresponde a los propios tenderos. El Ayuntamiento asume, o debe interpretar, un papel de acompañamiento de gran importancia, en los espacios públicos, calles y plazas. Desde la mejora de la iluminación, en cuanto a potencia y luminarias, que desde el inicio de la crisis en 2008 deja mucho que desear, hasta la incorporación de nuevo mobiliario urbano, papeleras, bancos, elementos decorativos, paneles informativos, etcétera. Un ejemplo clamoroso lo constituyen las farolas del Paseo de la Inmaculada, la principal arteria de la ciudad, que corresponden a las típicas de una carretera y que resultan a todas luces inapropiadas para el comercio, e, incluso, si se piensa tan sólo en el tránsito peatonal. Estas Navidades, hubo música en la plaza de Los Fueros. Un acierto. ¿El primer paso para dotar de hilo musical a las calles comerciales?
El Ayuntamiento estellés también tiene la responsabilidad de apoyar a esta empresa colectiva del sector terciario, con políticas coadyuvantes en su oferta: ludoteca, casa de la juventud, pequeñas dotaciones deportivas (los conocidos campos de baloncesto y futbtito, cerrados, verbigracia), etcétera. En Estella también debe mantener los multicines como un atractivo para la ciudad, con una cartelera competitiva. La reducción de tres a dos salas de cine, no parece que vaya en esa línea. Es sabida la caída que ha experimentado en todo el país la afluencia de espectadores, pero ¿qué ocurrirá ante una película taquillera? La sala grande, con casi seiscientas butacas se reservará a otro tipo de espectáculos, y, ese centro cultural de ocio, tan sólo tendrá otras dos de doscientas localidades cada una para las proyecciones cinematográficas.
Como cogestor de ese centro comercial a cielo abierto, del que obtiene impuestos y otros ingresos, el consistorio debe ser consciente de que tiene una responsabilidad a la hora de facilitar el tráfico, para que los consumidores accedan a la ciudad sin atascos y de forma cómoda. También para que existan suficientes aparcamientos en superficie y subterráneos. Los gerentes de las grandes superficies, el equivalente a los alcaldes, lo hacen por la cuenta que les trae. De lo contrario desaparecían los comerciantes o las franquicias que les pagan suculentos alquileres. Y, los clientes, por ende, les castigarían.

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